Sonrío hoy como vientre plano.
Para mi suerte, permanentemente hoy me
conozco más que nadie.
Hoy, me tengo paciencia blanca.
Anoche vi llover en el desierto furiosas
serpientes hinchadas de veneno. Burlándose, mofándose así de mi color.
La ausencia,
la humedad de mí,
la
que ha habitado tanto en mí
hoy me
ama más
que cualquier otro invierno que he conocido.
Belleza en los dedos
al
tocar la cotidianidad
se
extiende silenciosamente en mi cabello.
Para mi suerte, permanentemente hoy me
conozco más que nadie.
Asusta el seguir la pretensión de
ignorar el torrente de infinitud
que
no calla sin dejar de
repetir los nombres.
La sonrisa es hoy la mezquindad.
Para mi suerte, permanentemente hoy me
conozco más que nadie.
La sangre cruelmente huele a soltura. Se
le ve como la piel que de Dios podemos acariciar.
Nada conduce al infierno
ya
nada tiene poder para generar en mi caos,
en mí caos.
El velo,
reacción
atenta que se genera cuando un árbol ha sido envenenado.
Vulnerabilidad.
Sonrío hoy como vientre plano.
Para mi suerte, permanentemente hoy me
conozco más que nadie.
Hoy, me tengo paciencia blanca.
Ojos blancos, hoy me extrañan al verse
solos en su mortandad sin diálogo.
La soltura de las púas se quedan en mí.
Hoy, la vida me parece una gota fuerte
que quiebra al cristal que oculta al mundo.
Hoy,
la vida me parece una ruidosa gota
capaz de matar al cristal del mundo.
Hoy la vida me parece una simple gota
que mata y así oculta al mundo.
Para mi suerte, hoy me conozco silenciosamente
más que nadie.
Esta lectura parece en un principio inquietante, introduce a uno en una atmósfera de desazón...pero finalmente deja un poso de esperanza, de esperanza fruto la de regeneración, del renacimiento. Bueno, ese es el efecto que me ha producido. Y si algo admiro del arte, de tu arte, es la capacidad de crear emociones.
ResponderEliminarJesús, creo a mi parecer que siempre somos los dos rostros: si se ama, uno cae, si uno cae uno ama. Y así un cuento que nunca termina jajaj. Gracias Jesús por tu fiel lectura. Alienta.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en lo de los dos rostros, el eterno debate dentro de uno mismo, la duda y la acción, el miedo y el optimismo...es la esencia del alma humana. Lo dificil, claro, es verbalizarlo, transformarlo en palabras con la maestría que tú lo haces. Cuenta con mi fiel lectura.
ResponderEliminar^.^.
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