Pesan los dedos
las uñas
la sangre,
el alivio
la seriedad de una
vida
de una vida que ha quedado a merced de la Mar
Se ha incubado la delicia
Menesterosos los que
pasan sonrientes ante sus días sin mirar al prójimo quebrantado.
Feliz la mentira
que duerme cerca de tu cama
pesan los dedos
las uñas
la sangre,
el alivio
Dichoso el agobio
de no darse por vencido
se hospeda
en el frescor del césped.
En las estrellas
quedan sus ramas
los recuerdos,
en penumbra florece
en abundancia
la soledad resistente,
tan incapaz de
justifica malestar
pesan los dedos
las uñas
la sangre,
el alivio
la encara, la
adorna
sin dejar de oler
las pestes
sin dejar de nombrar las flores
sin dejar
ni callar
eres como el poeta al
que acuden las sedientas almas
que de vez en
cuando anticipadas vienen a dejarte palabras sin fonética
sin color
pesan los dedos
las uñas
la sangre,
el alivio
Diana Rosas
Castro.
Octubre 3,
del 2013.
Auguste Rodin.